Cristales, canutillos, cuchillas, lentejuelas, santos, San Gregorios, Divino Niño, Sagrado Corazón y ‘super héroes’ son elementos que ayudan a definir a Nohra González Reyes, una artista plástica nacida en Bogotá, Colombia.
Con estos objetos, en las últimas décadas ha explorado la realidad del país y su propia realidad valiéndose para ello de las artes plásticas y del teatro, que han sido la combinación perfecta.
Sus estudios de arte dramático entre 1983 y 1987 los combinó con dos años de preparación en la Escuela de Artes Plásticas de Bogotá (1983-1984). Desde entonces encontró su medio expresivo en las tablas del teatro colombiano, pero también en su taller en el barrio La Soledad (Bogotá), rodeada de santos, bisutería, espejos, pinceles y acrílicos.
En el grupo colombiano Teatro La Candelaria, donde es actriz desde hace ya más de 20 años, ha elaborado instalaciones que han sido parte de la propuesta visual de dos obras, Nayra, la memoria (2004) y A título Personal (2008), con las que ha recorrido diferentes regiones de Colombia y de países de Europa, América Latina y el Caribe.
A partir del 2006, luego de una década de exploración de materiales, texturas, cristales y objetos de la cultura religiosa popular, esta artista inicia una importante etapa creativa.
En muchas obras, ha recurrido a la iconografía religiosa de la cultura popular colombiana con personajes como El Divino Niño, El Sagrado Corazón, San Gregorio, entre otros. Yo sigo reinando, Los 63 Divinos, la serie Constelaciones divinas, Bendito entre todas las canicas, José Gregorio y sus pesadillas surrealistas, Al Sagrado Corazón también le pasa el tiempo o A José Gregorio no le quitan lo bailao o Entre el cielo y la tierra son obras que exploran la realidad valiéndose de estas imágenes religiosas.
En otras, como Bojayá, Patria, te adoro en mi silencio mudo, Colombia muy shick, ¡Qué país tan schick!, Herísteme el corazón y Tiene huevo, ha abordado el país como eje central temático y en especial lo que han significado más de 60 años de conflicto armado.
Pero también ha hablado sobre la condición femenina, la familia, el territorio y la memoria con obras como ¡Ahí está pintada!, Cercada en mi colcha de retazos y Autorretrato, y sobre el amor, no sólo a través de Amores que matan, la serie Variaciones Cardiovasculares, sino además con la serie Los contornos del corazón y Yo tan chiquito y ya sufriendo.
Asimismo, ha mezclado los mundos religiosos con los superhéroes y otros símbolos de la modernidad con obras donde el Divino Niño comparte espacio con Supermán o la Virgen María y los Santos con las modelos o los personajes de la juventud actual, como lo revelan obras como La novena popular (una serie de nueves piezas), Metamorfosis, Apocalipsis Now y De Héroes y Santos.
En 2023 por primera vez expuso la mayoría de su obra en Expo Winners, de la Melaka Art Gallery, como reconocimiento luego de compartir, con otra artista, el primer lugar en el Salón de Arte Opus, Figurativo y Representacional 2022, de la misma galería, con la obra Entre el cielo y la tierra.
Entre otras exposiciones y reconocimientos se destaca, en 2019, el primer premio en el VI Salón BAT de Arte popular, Sala de Exposiciones Débora Arango del Centro Cultura García Márquez, Bogotá, Colombia, con la obra “Yo sigo reinando 1”. Por ese premio, la obra participó en una exposición colectiva itinerante por diferentes regiones de Colombia, en 2020.
También ha expuesto de manera virtual, en 2021, en la exposición internacional Biennale DÁrte Contemporanea Di Salerno (Italia) 4. Edición, con las obras ¡Ahí está pintada! y Bojayá, y en la exposición International Virtual Art Festival "No Borders in Art", Vienna, Austria, con la obra Bojayá. Ganó el primer premio en el Concurso internacional virtual 2022 CompARTE, de la Galería Gisel Durán, Buenos Aires, Argentina, con la obra ¡Ahí está pintada!
Cada día se sumerge aún más en sus imágenes y objetos preferidos para hacer lo que más le gusta además del teatro: su trabajo minucioso y cuidadoso, rodeada de ángeles, José Gregorios, cristales y super héroes.
